Ampelis americano No soy un poema, ni
una canción, ni un incauto.
No soy un río, exactamente.
No soy una cabeza estupefacta en la pared...
El placer llega en alas de vidrio
y yo pago con mi cuenta roja
El estudio
en el bosque luminoso el alegre gorrión
en medio de la tarde un cuarto blanco
demasiado paraíso
no quiero salir
no deseo quedarme
arboleda brillante
verde gorrión
la cara un sueño antes de alcanzar el espejo
Uno en la palma de la mano
El pájaro?
El pájaro era
marrón, no dorado,
plumas alisadas sin el viento.
Aquietado, no quieto.
Aquietado al final de la visión.
Una vulgaridad marrón.
Una taza de café.
Morirse ocurre
en todas partes, más rápido
de lo que en toda una vida
podemos imaginar.
Ángeles no.
Una taza de café
y una cuenta roja:
perfecta coherencia.
La marcha del progreso
Levantaron el muro con elegancia,
sin vertiente.
Levantaron el muro como una bala,
magnífico.
Reconocieron el muro oficialmente
por su logro, el muro
reptaba hacia el cielo en una polea de glicerol,
silicona eficiente.
El muro sería tan amable de dejar entrar
la luz.
Pensamientos minuciosos
Sehr geehrte Zuschauer, no se crean
lo que ven ante ustedes: el globo ocular mismo puede engañar.
En algún lugar de la foto
hay un pájaro, pero no donde
lo pondrían ustedes. También
una banderola, presuponiendo brisa.
Pájaros de cresta roja desde unas ramas húmedas
cantando, colando la luz disponible
en una taza. Agarra por un instante
el chal oscuro...
Qué es el espíritu?
La lenta exhalación de la edad.
Qué pájaro es ése que canta
más allá de la ventana,
pequeña calavera que sonríe a través de las hojas?
Argumentos asesinados
Empieza con un pájaro que tiene algo
que ofrecer; uno rollizo, difamado,
cuyo plumaje se ha ennegrecido
por el camino del pordiosero a la ciudad.
Fuertes garras, anillo de hueso azul:
retal de color; adelante,
cógelo, desplúmalo! Ahí.
Paciencia: la canción está ascendiendo.
Rive d'Urale
el que está cortado
el devastado
el que se ha abierto ante la cuchilla ondulante
el que deambula
el que vaga de pueblo en pueblo
abundante
aflojando
el que escarba
el que abre la piedra
aguas creciendo
pájaros circunvolando
demasiadas grietas que considerar por esta espina
cada paso
una cuenta
De "Canciones para el apocalipsis"