El tiempo me apremia, me lleva al texto
para que imagine lo que sigue.
Mi mente es impaciente. Ya no le ruego
que se detenga para que descansemos un poco.
Y así ha sido durante demasiado tiempo.
Como gemelos recién nacidos, dejados uno
junto a otro
en los mismos escalones de iglesia por su madre
para que algún piadoso madrugador nos encuentre
y nos pegue un tiro o nos lleve a su casa,
aquí estamos reconfortándonos mutuamente.
Pronto las piedras de estos escalones se volverán rosas
y las palomas y las golondrinas
descenderán en busca de las migajas
que los viejos ciegos que imploran limosna
dejan caer mientras comen su pan en la oscuridad.
De "Circo unipersonal"