martes, 8 de julio de 2025

Laura Riding. Adelante y Alrededor

Adelante y Alrededor
se encontraron, discutieron, desplumaron al ave de la paz,
desordenaron un agradable llano.
Adelante acusó a Alrededor de completo engaño,
Alrededor acusó a Adelante de estar descontento.
Ninguno escuchó al otro.
Ambos alineados,
haciendo lo redondo recto y lo recto redondo,
sin permitir nada entremedias,
espacio lamido limpio,
cebados infelices y huyeron
por la fe geométrica del dos-y-dos,
se odiaron desde lejos, y más y más lejos
cada vagabundo
aspiraba a un celo en espíritu campeado.
  
"Pues" gritaba el sinuoso Alrededor,
"más y menos de lo que soy, soy,
naturaleza de todo, y todo naturaleza de mí".
Adelante repetía el grito.
Se apresuraron hacia su propia eternidad
del dulce fin antes del amargo más y más allá.
Y ambos eran valientes y ambos eran fuertes,
y se aventuraban libres con canción encadenada:
una que cirnundaba mientras se entonaba,
una que longitudinalmente tocaba.
   
El rencor prosperó. El rencor se detuvo.
Ambos consiguieron el mismo fin de forma distinta,
enorgullecidos por dos diferentes caminos
llegaron a la misma humildad
de un inicio ya transitado.
El nacimiento es el comienzo donde todo se bifurca.
La muerte es el comienzo donde se encontraron.



De "La ceñida corona"