lunes, 7 de julio de 2025

Wislawa Szymborska. Salmo

Qué poco herméticas son las fronteras de los países humanos!
Cuántas nubes las cruzan impunemente,
cuánta arena del desierto se derrama de un país a otro,
cuántos guijarros del monte ruedan en propiedad ajena
saltando provocativos!
   
He de enumerar aquí, uno por uno, los pájaros al vuelo, 
o al que en este momento se posa en una barrera cerrada?
Aunque sea solo un gorrión, su cola ya es fronteriza,
pero su pico es de aquí. Y encima no se está ni un segundo quieto.
   
De los innumerables insectos me limitaré a la hormiga,
que entre la bota izquierda y la derecha del guardia,
no se siente obligada a contestar a las preguntas: de dónde, adónde.
   
Ah, ver claramente, a un tiempo, ese completo desorden
en todos los continentes!
No es acaso ese ligustro de la orilla contraria
el que pasa por el río, de contrabando, una enésima hoja?
Porque quién sino la atrevidamente manilarga sepia
viola la zona sagrada de las aguas territoriales?
   
Cómo se puede hablar de un cierto orden,
cuando ni siquiera las estrellas se dejan correr
para que nos quede claro bajo cuán hemos nacido?
   
Y además ese censurable extenderse de la niebla!
Y el polen que surca la estepa
como si no estuviera partida en dos!
Y las ondas del aire que llevan servicialmente el sonido de las voces:
chillidos evocadores, gorgoteos sugerentes!
   
Solo lo humano sabe ser verdaderamente ajeno.
El resto son bosques mixtos, trabajo de zapa y viento.



De "El gran número"
En "Poesía completa"