en el tendedero, agitada por un viento cálido de primavera...
Desde allí fue testigo del primer gorrión,
de tempranas moscas levantando sus patas pegajosas,
y de una neblina verde en las colinas que bajan hacia el sur.
Las nubes cabalgaban las montañas... Al anochecer
recogí la manta y dormimos
inquietos bajo su peso fragante.
De "La barca de las hojas tranquilas"
En "De otra manera"