perfectos como el vuelo de las aves,
en los círculos y las vueltas del destino.
Yo no vuelo y no me poso
yo no canto
si no puedo tenerte a ti golpeo la tierra
como quien vive contra la natura.
Las golondrinas no saben partir
son las hijas locas del frío
y están aún tal vez por estos rumbos
repitiendo que éste
es su otoño radiante de aire
en lo que quedan presas despacio de la nieve.
En "Sombra escrita. Diecisiete poetas italianas (1970-1995)"