En un paisaje de música,
en un lenguaje sólo de luz,
en una gloria
que la sangre
con la lengua del anhelo se ha encendido,
allí donde las pieles,
ojos, horizontes,
donde mano y pie
ya están sin signos,
allí donde el olor del árbol de sándalo
ya sin madera fluye
y sigue cultivando aliento en aquel espacio,
que sólo está hecho de umbrales traspasados -
Aquí donde un paño de tarde roja
al toro de la vida incita
hasta la muerte,
aquí yace mi sombra,
una mano de la noche,
que con el espíritu de caza del cazador
ha disparado
al rojo pájaro de la sangre.
De "Nadie sabe"
En "Viaje a la transparencia"