años
o más bien décadas
contando los segundos
entre aquel relámpago y un trueno
que sigue sin rugir.
Intacto perdura
el fogonazo que hizo arder
en pleno vuelo a las aves,
que mantiene al cielo encendido
y a sus frutos sin cosechar,
el fogonazo que aún se refleja
en la pared de los párpados
al intentar dormir cada noche
De "Todo empieza por un hueco"