lunes, 17 de febrero de 2025

Mary Oliver. Garzas

Por donde termina el sendero
  y más allá 
    a través de las hojas desteñidas 
      las ramas caídas,
a través de las ramas espinosas de las enredaderas 
  seguí avanzando. Al final
    no podía ya
      proteger mis brazos
        de las espinas; los mosquitos
sintieron mi olor, acalorada
  y herida, y llegaron
    girando y zumbando.
      Es así que he llegado
        al borde del lago:
oscuro y vacío 
  excepto por un huso
    de cañas blanqueadas 
      sobre la orilla lejana
que, mientras yo miraba,
  se plegó de golpe 
    en forma de tres garzas -
Una lluvia 
  de fuego blanco!
    Incluso medio adormecidas tenían 
      tanta fe en el mundo
que las había creado -
  agachándose en el agua,
    despreocupadas, seguras,
      por las leyes
de su fe no de su lógica,
  abrieron las alas
    delicadamente y se pararon 
      por sobre toda cosa oscura.



De "Americano primitivo"