casi dos siglos después
y las cosas han cambiado un poco
desde entonces
no tuve
su entereza ante el dolor
ni su oído sutil para las revelaciones
vivo en un edificio alto
donde no llegan los pájaros
sólo un ruido de sirenas
que no canta
es una ciudad inmensa
aquí todos somos Nadie
pero no hemos aprendido
a guardar el secreto:
al caminar regamos
nuestra nada en las esquinas
Nací con la piel oscura
en un país del trópico
y vine a buscarla a este estruendo
tan lejano de su voz
que se me enredaba en las praderas
la imagino callando en los ladrillos
veo sus manuscritos de letras apretadas
como ramas de tinta negra
que se quiebran
en cualquier envoltura
en la lista de mercado
y se enlazan otra vez
para inventar el mundo
Nací un diez de diciembre como ella
y no traje ese silencio
sin embargo
gracias al conjuro
de repetir sus versos
mientras cambian los semáforos
estoy a flote
todavía
En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"