A Antonio de Obregón
El día
ha roto sus amarras
y va a la deriva
-velas de ópalo
de viento la quilla-.
El mar
desperaza su sueño de peces
y de estrellas vivas.
Y voces sin voces
cantan en las jarcias.
Aves que no existen
llevan en sus picos
flores de esperanza.
De "Canciones de mar y tierra"