Cuando las sombras de la tarde caen
y el mundo se prepara para dormir
cuando los pájaros llaman a sus pequeñines
y las estrellas empiezan a asomar
en mi corazón se instala una paz
que nadie ni nada puede romper
y me despido de mis viejas penas
hasta que la mañana despierta.
Oh, noche, cómo te quiero y te adoro
por qué has de quedarte tan poco
mis penas vuelven a apesadumbrarme
cuando las sombras de la noche expiran.
Espero que cuando muera sea en la oscuridad
cuando el mundo está tan quieto y en silencio
y que mi alma expire con las sombras
antes que el sol se alce sobre la colina.
En "La criatura terrestre y otros poemas"