Siempre hacia ti el retorno,
al espacio infinito donde dejé preguntas;
donde tu estela aguarda.
Un más allá, un incierto posible
sin tregua busca el hombre.
Náufrago de la vida siete veces,
como perdido en nubes, en ausencias.
Ave desarraigada de su nido.
Alzo la voz con gregoriano canto
para entonar sumisa este "mea culpa",
pero enjambres de dudas lo detienen.
Por limpiarle arideces al camino
sembramos la torpeza.
Alguien nos pone vendas y, de un soplo,
apaga los candiles.
El "mea culpa", detenido se queda
mientras, en sueños, la fugitiva estrella busco
por si su luz alumbra una esperanza.
Hacia ella nuestro sueño, nuestro vuelo,
nuestro grito implorante.
A contra pena y llanto;
a contra hueco y noche.
A la espera del agua que las crueldades limpie.
De "Teoría de la inseguridad"