miércoles, 6 de septiembre de 2023

Alexandr Pushkin. Los días pasan...

Los días pasan. Los campos amarillean
y las hojas secas caen de los árboles.
En los bosques, el silbido del viento otoñal
sofoca el canto de los pájaros.
Una niebla tétrica y espesa
envuelve las colinas desnudas.
El invierno se acerca. Ruslán
continúa su peligroso camino
hacia el norte lejano. Cada día
encuentra nuevos obstáculos:
ya lucha con un bogatyr,
ya con una bruja, ya con un gigante, 
ya contempla a la luz de la luna,
como a través de un mágico sueño,
a unas rusalcas, rodeadas de niebla gris,
que se balancean en silencio en las ramas
e intentan seducir al joven caballero
con las astutas sonrisas de sus labios,
sin decir ni una palabra...
Pero, protegido por la suerte misteriosa, 
El valiente caballero sale siempre indemne.
En su alma duerme un único deseo
y no ve rusalca alguna, no les presta atención, 
pues solo Liudmila va a todas partes con él. 



Fragmento de "Ruslán y Liudmila"