En lo alto hay un pino torcido;
atento, escucha el abismo,
el tronco inclinado, arqueado.
Refugio de aves nocturnas,
en la hora más alta resuena
con un aleteo veloz.
Así el corazón tiene un nido
colgado en la sombra, una voz;
escucha asimismo, de noche.
En "Y enseguida anochece y otros poemas"