planea sobre el riachuelo
camino de una lejana charca,
cubierta de algas verdiamarillas.
Vuela majestuosamente entre los robles
y admira su reflejo
en los rizos del agua.
Más allá, arroyo abajo,
mi madre está embebida
en su eterno empeño de coger más moras,
con su bastón posado
sobre piedra, hojas secas y artemisa.
Ella no ve
el plácido vuelo de la garza
y cómo se deja caer
hacia el cielo.
De "Cuando veas a mi madre, sácala a bailar"