porque un día sin nombre
se me ocurrió mirarte
más allá de los ojos.
En raudos manantiales
se me escaparon sueño
y luz, en asombros seguidos
por mis ojos abiertos,
olvido de los párpados
sin conocer la hora.
Ya todos los silencios
se han rendido a mi amparo,
largura inacabada
de mi eterna vigilia,
y en todas las sorpresas
de imaginado sueño,
la codiciada aurora
se queda con los pájaros.
(Del libro "Presencia del recuerdo")
En "Mujeres del 27. Antología poética"