de perderse entre otros fuegos.
A la mañana siguiente
el cielo ardió distinto:
las nubes tomaron la forma de fantasmas
y se detuvieron a llover sobre sus tumbas;
en lugar de cantar, los pájaros gemían.
Si alguien alguna vez dijo hágase la luz
ese día dijo que la luz deshaga.
Los árboles fueron los primeros en quemarse,
sus inquilinos
se arrastraron por la hierba
que a mediodía estaba seca y despoblada.
Qué flores brotarían ese día en el infierno?
Qué condenado esconde,
entre el papeleo de sus culpas, un herbario?
En "Pájaros de sombra. Diecisiete poetas colombianas (1989-1964)"