la escalinata de bancales verdes,
el viento con su brusca vigilancia
y en lo más alto, indiferente, el pueblo.
Ahora las oscuras golondrinas
envuelven con sus hilos mientras vuelan
una casa vacía. No cesan sus chillidos.
Es brillante y feroz su rumor de navajas.
Como una golondrina que al crepúsculo
está volando aún, a ti y a mí nos queda
una remota posibilidad.
Es el paisaje de su muerte.
Vigilado de cerca por el viento.
De "Casa de Misericordia"
En "Todos los poemas"