Una vez supe una bonita canción,
es cierto, créeme...
era toda de pájaros,
y los guardé en una cesta;
cuando abrí la puertecilla,
cielos! Todos se fueron volando.
Grité: "Volved, pequeños pensamientos!".
Pero solo se rieron.
Siguieron volando
hasta ser como arena
lanzada entre el cielo y yo.
De "Los Jinetes negros"
en el libro de Paul Auster "La llama inmortal de Stephen Crane"