Vigas torcidas por los años, huesos viejos
En la carne bajo la cal apagada,
Caries que abren arenosos recovecos
En la madera de una época agotada
Y aleros ablandados por el tiempo
Sobre los que ya los vendejos no descienden.
A quién, al gemir, despreciaremos?
En quién vengaremos el poder ausente?
Quién duda si recorrer
El único camino que nos queda,
Cuando bajo la excavadora, ven a ver!,
Se quiebra el último poema
Como una clepsidra que no vale
Para trocar el sufrimiento en tiempo?
Un grito que se pudre al aplazarse
Y que a la historia implora, pordiosero...
De "La arquitectura de las olas"