En mayo, todo el mundo es más bello,
todo es anhelo de vida.
La verde hierba atrae las miradas
y un sol dorado nos invita
a calentar los corazones en la alameda.
Tras los gitanos, un abedul blanco llora,
las hormigas transportan sus huevos por los montículos
y los pájaros ponen los suyos en la hierba.
Sentada en casa, miro por la ventana
cómo las aves baten sus alas y migran.
El bosque verde atrae las miradas
y su aroma conmueve hasta las lágrimas.
No llores, niña, ven al bosque,
descansa, lo olvidarás.
No llores, muchacha, ven al río,
siéntate a la orilla, posa tus manos
rotas y tus enrojecidos ojos
en el agua del olvido.
Y todo, también mayo,
será arrastrado por el río.
De "El bosque, mi padre"