Cerrados guardan la humedad de los ojos
guardan los mundos que contenía la pantalla de
la computadora, guardan la fruta verde en la frutera
la llave de memoria dejada en la repisa, el
lugar de los árboles y la furiosa lluvia empapando
la tierra.
Los árboles que no son solitarios y siempre tienen pájaros
quieren abrir los párpados, pero ellos se cierran.
Quieren bordar los párpados con rayitos de nube
los restos de ventanas, pero los ojos quietos y cerrados
permanecen altivos y serenos.
Es cosa de los párpados el abrirse o cerrarse en el
anochecer. Pueden los párpados no querer ver el mundo
y ajustar las retinas hacia adentro con su fuerza centrífuga
para abrir las visiones hacia donde se encuentra tu
corazón herido, o tu garganta seca.
De "Manifiesto de ruinas y destellos"