Gritabas tú como el mar
cuando te estaba esperando.
Batías contra las rocas,
saltabas entre peñascos.
En mi pecho te movías
palabra de mundo nuevo,
como se mueve la luz
y canta el pájaro ciego.
Playa de loco oleaje
la arena de mi suspiro,
sintiéndose combatir
en mi corazón cautivo.
De "Cancionero de la enamorada"