martes, 17 de junio de 2025

Margaret Randall. Enriquecidos por el arte y la revolución

Cuando me vaya y agosto llegue
a mi desierto,
la lluvia va a empapar la arena,
su rico aroma subirá
a meterse en los pulmones de otra madre o caminante,
alguien cuya intención y deseo
no podré conocer.
   
Cuando me vaya, este cuadro de islitas,
árboles en miniatura y pájaros
flotando en un océano mágico azul cobalto
va a estar colgado en la casa de alguien más.
Esa persona contará la historia
de los campesionos pobres de Nicaragua
enriquecidos por el arte y la revolución?
   
Una nieta heredará quizás
mis aros de turquesa.
Las ollas de barro que usé por años,
con su picor llenando la casa,
van a ofrecer nuevas generaciones
de pan.
Alguien que todavía no nació tal vez lea este poema.
   
Pero quién hará las preguntas
nacidas de las respuestas
que hoy me desvelan?
   
Quién va a saber del calor
de este amor tan grande
o atrapará los fragmentos de mi memoria
reunidos justo antes del amanecer?



De "Contra la atrocidad"


lunes, 16 de junio de 2025

Piedad Bonnett. Nostalgia de lo imposible

Desde la estantería
los libros no leído me miran con la misma
herida indiferencia de una novia agraviada.
   
Hoy, como tantas otras veces,
su silencioso estar ahí
      -en mi tarde
que rumia perezosa los instantes-
   
chirrea como una puerta de goznes oxidados
que el viento lleva y trae, y que me impide
concentrarme en las líneas del poema.
El pajarraco del desasosiego
vuela estrellándose con las paredes.
   
Los libros no leídos me contemplan
con una obstinación orgullosa y distante.
Y logran inquietarme,
porque me hacen pensar en esas calles
      -que jamás transité-
   
en donde lo esperado me esperaba.



De "Las herencias"
En "Poesía reunida"

sábado, 14 de junio de 2025

Idea Vilariño. Buscamos

Buscamos
cada noche
con esfuerzo
entre tierras pesadas y asfixiantes
ese liviano pájaro de luz
que arde y se nos escapa
en un gemido.



De "Poemas de amor"
En "poesía completa"

viernes, 13 de junio de 2025

María Elena Walsh. Tema de Leonor

Estreno vida y amanecer,
voy a pintar de blanco el ayer.
   
    De par en par abiertas 
    las manos y las puertas
    nadie me diga qué debo hacer.
    
No pongo en venta mi soledad,
el mundo entero será mi hogar.

    Señora mía soy
    amaneciendo voy
    mientras un niño dibuja el sol.
   
Tuve razón o me equivoqué 
sobre mis dudas estoy en pie.
   
    De par en par abiertas 
    las manos y las puertas
    nadie me diga qué debo hacer.
    
Bosque y pájaros, cielo y mar,
mi propia vida quiero ganar.
   
Señora mía soy,
amaneciendo voy
mientras un niño dibuja el sol.



Del libro "Cancionero contra el mal de ojo"
En "El feminismo"
    

jueves, 12 de junio de 2025

Joan Margarit. Calma

Cae el día, los pájaros callan en el camino,
y el vendaval del tiempo no mueve hoja alguna.
Trataré de cruzar estos últimos años
con las botas de invierno,
en una intimidad tan abrigada 
como los débiles, calientes pies.
No me olvido que nunca me ha faltado
una cocina donde refugiarme.
El orden que hay en los cristales limpios.
En mi cabeza siento el murmullo de un arroyo
que nunca duerme.
Me alejo para que en la oscuridad 
pueda ver las estrellas, unas llamas
dispersas y brillantes.
Podré, aunque sea con muy poca fuerza,
soplarlas mientras pienso en un deseo:
si no he de regresar,
caiga la nieve en el camino a casa.



De "Amar es dónde"
En "Todos los poemas"


martes, 10 de junio de 2025

Ainhoa Trueba. Paisaje de invierno

Mirar desde la lejanía 
para no ensuciar la inocencia del espacio
ni interrumpir el susurro de un invierno permanente.
No es fría la ausencia del fondo
si uno escucha las ramas rozarse a sí mismas
y observa al marco cobrar la importancia del centro.
El frío se diluye en las esquinas,
el cielo suspira en blanco por aquellos que no ven:
en un instante el reflejo esconde la certeza,
el aliento persigue un mirlo errático.
No quedan manzanas que coger 
si el apetito huye tras los troncos,
y una luz con un cierto ángulo 
nos convence de la lentitud de los días, 
el paisaje atiende.
   
Mientras, a lo lejos, la soledad se desliza por la nieve.



De "Noches de insomnio"
    

lunes, 9 de junio de 2025

Alana S. Portero. XII

Decías labios rojos en la mañana con voz de pajarillo,
decías que los ángeles no dejarían las esquinas de mi cama,
decías ardiente y las polillas murmuraban a mis espaldas,
decías adiós a los sacramentos de la edad adulta,
decías vida de perros sin pensar en los acantilados,
decías amor,
decías nada,
decías piernas de cazador mente de abeja reina,
decías víscera desolación,
decías eco.
   
De haberme arrodillado ante la inercia, hoy
sonreiría al sol con un nido de gusanos den-
tro de mi estómago, de haber escuchado a las
voces torcidas, no estaría esperando el otoño
con un ramo de camelias en la mano izquierda
y una daga en la derecha.
Deja que los tigres de la ira recorran las cade-
nas a voluntad y muerdan los eslabones cuan-
do encuentren un punto ciego, los ancianos
dicen labios negros con severidad, las niñas se
alejan del campo de batalla porque tienen mie-
do de los parásitos, encuentra tu vía de escape
y no mires atrás, hártate de leche materna y no
vuelvas a probarla, sé siempre una promesa de
belleza que se aleja.
  
Decías jamás,
decías mueca de dolor,
decías locura colectiva,
decías alucinación ante las llamas,
decías sufro,
decías ella,
decías claustrofobia grasa,
decías niebla como quien dice agua,
decías nombre cadáver,
decías nana.
   
Cuando los penitentes murmuren a mi paso les
miraré con beatitud, tendré pupilas cuadradas
de cabra y llevaré el cáliz de Lucrecia Borgia
entre las manos. No verán las llagas bajo la
seda, habré aprendido a controlar los tem-
blores, pareceré firme y alimaña como en una
coronación.
  
Decías perdón,
decías mal sueño,
decías culpa y vergüenza,
decías amo,
decías adiós.



De "La habitación de las ahogadas"