lunes, 27 de octubre de 2025

Joan Margarit. Castigo del recuerdo

Veníamos cruzando la crueldad
del secano en estío, una especie de patria.
Entrábamos en Tárrega por una carretera
donde lo que veíamos primero
era aquel olmo frente a las piscinas.
Igual que el personaje de algún cuento infantil, 
nos protegió su sombra.
Y saber que Joana, una vez en el agua,
podía nadar libre como las demás niñas.
  
Cerraron las piscinas. Murió el olmo.
Quedó su tronco y tres muñones secos.
El silencio de cientos de pájaros cantando,
del murmullo del viento entre las hojas,
de voces resonando en los días felices.



De "Un asombroso invierno"
En "Todos los poemas"